Muchas veces.
Cuando empecé a sentir que mi matrimonio andaba mal y pensé que "ya se arreglaría".
Cuando pude ayudar a alguien y no llegué a la acción, se quedó en buenas intenciones.
Cuando he tenido tanta rabia que si abro la boca se me saltan las lágrimas de la indignación.
Quien no me conoce bien puede decir que suelo hablar de más pero es una imagen que proyecto solamente. Por lo general no hago mucho más que escuchar y luego pienso que hubiera debido decir esto o aquello... Ayer, por ejemplo, viendo a aquel muchacho aterido de frío en plena calle hablando tan entusiasmado de su arte me callé el invitarlo a un chocolate caliente y unos churros. Esperé que a alguien se le ocurriera y lo propusiera, y no fue así. Debí hacerlo, el chico lo necesitaba. La fuerza de la costumbre me hizo callar, y no, no estoy orgullosa por eso.
pues no, nunca me ha pasado, no dejo pasar las cosas, digo lo que siento, lo que necesito y arreglo los problemas lo más pronto posible, definitivamente.
ResponderEliminarMás bien, una vez hablé cuando no debía y todavía sigo lamentándolo pero ya ni llorar es bueno jajaja
así que no, hablar las no es un problema para mí jejeje
Bien por tí Hilda, Por lo general es mejor sacar las cosas de adentro y no guardarlas e irlas acumulando hasta explotar. Yo suelo ser muy "aguantona" y luego me arrepiento de ello.
EliminarYo soy más reservada. Antes no pero con el tiempo fui aprendiendo a callar, y no me gusta. Me alegro por tí, Hilda!
EliminarElena a veces pensamos que lo que queremos hacer será mal interpretado y por eso preferimos dejar pasar la oportunidad de hacer un bien a los demás.
ResponderEliminarCreo que como parte de los cambios positivos que necesitamos hacer está el de ser menos pasivas y más proactivas. Si tú te comprometes yo te secundo! :)
Has dado en el blanco, Loly. Ser menos pasivas. La cuestión es cómo revertir ese proceso, porque en mi caso es algo aprendido. Antes era todo lo contrario. Hmm... Ya tengo para pensar un buen rato.
EliminarAquí de vuelta, respondiendo esta pregunta, que me lleva al pasado.
ResponderEliminarGeneralmente, aunque no se me note, dejo de decir cosas, sobretodo cuando me hieren, y luego me arrepiento de no haberlas dicho, pero una cosa que nunca lo dije, y a pesar del tiempo que ha pasado aún me arrepiento, fué un reproche que quise comunicarle a mi esposo, lo fui dejando para hacerlo en un momento oportuno, pero ese momento nunca llegó, y hoy aún me arrepiento de no haberlo dicho, me quedó como esas espinitas que molestan pero no logramos sacarlas, esperando una explicación, que nunca llegó, porque no tuve el valor de exigirla..
Auch! Ylba querida, eso duele! Tengo que aprender de tí, hasta de lo que no haces... No quiero que me pase algo así a mí nunca. :)
EliminarBienvenida de regreso! Se te extrañaba!
Bienvenida de regreso Ylba!
ResponderEliminarCreo que en ocasiones no decimos cosas porque sabemos que lo que nos respondan no nos va a gustar, entonces lo dejamos para después y así hasta que la ocasión pasa.
Son muy raras ocasiones en las cuales me quedo callada, por lo regular siempre digo lo que pienso y siento.
ResponderEliminarLo único que lamento no haber dicho, fue a mi papá, hubo cosas que quise decirle y no lo hice porque pensé que debía ser frente a frente, no por teléfono ni por carta.
Como el tiempo pasaba y yo sentía la necesidad de decirle esas cosas y no podía viajar hasta donde él estaba, me decidí por enviarle una carta, muy extensa, se la di a mi esposo (de entonces) para que se la diera en propia mano.
Meses después, mi esposo me la entregó, simplemente no tuvo ocasión de llevarla, para entonces mi papá había fallecido :(
Qué pena, Miriam! Peor porque lo dijiste, aunque fuera por carta, pero no llegó al destinatario. :(
EliminarAsí es Elena, pude decirlo mucho antes cuando aún vivía en la misma ciudad que mi padre, pero por no saber cómo decir las cosas lo fui postergando, hasta que fue tarde :(
EliminarMiriam compartimos la experiencia. Tampoco pude hablar con mi papá cuando pude hacerlo. Nuestra relación nunca fue de las mejores y tal vez ya como mujer adulta pudimos haber cambiado las cosas si lo hablábamos de frente, pero nunca me atreví y ahora eso no ocurrirá nunca :(
EliminarEn mi blog escribí sobre mi relación con mi papá, no sé si tú lo leíste, pero recuerdo 3 etapas:
Eliminar1. Admiración
2. Odio
3. Amor
Comprendí muy tarde sus debilidades y aunque en la etapa del amor hablamos muchas veces, no profundicé en lo que quería decir :)
Ese es el problema Miriam, comprender muy tarde las debilidades, o mejor dicho, ser más tolerante con las fallas que como todo humano tienen los padres. No sé si por ser hijos a veces nos ponemos muy exigentes con quien nos dio la vida.
EliminarAhh sisi...me suena... suelo decir siempre lo que pienso pero a veces las cosas me superan y me pasa como dice Elena.. que despues se me ocurre todo lo que debi haber dicho, cuando ya es tarde.... me pasó hace poco...que debí haber planteado algo, haber preguntado frente a frente muchas cosas y no lo hice, fui dejando que pasen los días hasta que ya la oportunidad se perdió... y como dice Hilda, no sirve llorar después...
ResponderEliminarY lo peor es que luego te viene a la mente todo lo que debiste haber dicho y hasta lo que te hubieran contestado!
EliminarY da hasta rabia cuando nos pasa así, verdad?
EliminarTotalmenteeeeeeeee...
EliminarMe pasa que no puedo callarme, pero en ocasiones pienso que estoy cansado de discutir que realmente quiero tener un día tranquilo sin discutir, gritar o hacerme mal ambiente. Como cuando debí decir que no quería seguir trabajando con alguien y simplemente deje que siguiera pasando, y ahora siento todo el trabajo sobre mi
ResponderEliminarAh Christian que mal lo de tu pareja de trabajo. Es ahí cuando debemos hacernos escuchar, pues al final los perjudicados somos nosotros mismos.
EliminarCreo que ambos son necesarios, callar y hablar, cada cual en su momento.
EliminarTanto callar como hablar resulta inevitable; lo difícil está en discernir las consecuencias. Aunque para eso sigue siendo útil la experiencia.
ResponderEliminarSi no se puede ver el alcance de nuestras palabras, es mejor callar. Cuándo aprenderé? Pero es que justo por eso callo. Quizá lo que deba hacer sea desaprender. O aprender a poner la experiencia por delante.
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